/ El Mundo / Lunes / Caracas , 03 de Diciembre de 2007
Madrugada de fiesta en Altamira
La avenida Francisco de Miranda y la Plaza Francia de Altamira sirvieron de salón de festejos. Cohetones, música y vendedores ambulantes animaban el jolgorio. Los seguidores del NO recordaron a Rctv como materia pendiente
TAMOA CALZADILLA
tcalzadilla@cadena-capriles.com
Caracas. Era como un "felizaño" entre panas. Los estudiantes salieron a las puertas del comando del NO, de la quinta Hollidays de La Castellana, a festejar con abrazos apretados, llanto, tambor y reguetón. Con sus franelas coloridas con la palma de una mano en el centro, bailaban, bebían ("la ley seca no ha terminado, le advertía una chica a otras") y se apretaban en grupos. Eufóricos, se reconocían y vitoreaban a los líderes recientes del movimiento que emerge de las universidades de Caracas. "¡Ahí está Yon!", "¡Tómame una foto con Stalin!" "¡Llegó Freddy!", se oía en el tumulto y había quien comentaba al paso de los muchachos "déjame tocarlo para que me dé suerte, para que se me pegue algo bueno".
Yon Goicoechea, Stalin González, Freddy Guevara y otras cabezas visibles del movimiento se confundían entre gritos y felicitaciones: "¡Este es el principio del fin!", aseguraban unos. "¡Ahora es que viene lo bueno. Esto apenas comienza!", gritaban otros. Algunos se consolaban entre sí: "¡valió la pena tragar tanta lacrimógena!".
No faltó la impertinencia de un borrachito de buen vestir y lengua pesada que soltara: "a ver si este triunfo le levanta la libido a las mujeres, porque qué va...".
Adentro, aún los líderes de oposición se turnaban tarima. Teodoro Petkoff recibió sus aplausos pero no quiso hablar.
Un sudoroso Manuel Rosales aprovechaba sus minutos de gloria frente al micrófono, mientras los jóvenes afuera, junto a vecinos y transeúntes, lanzaban su "grito de guerra" que acompañan con aplausos rítmicos: ¡estudiantes! ¡estudiantes! De pronto entonaron el himno nacional, todos con las manos abiertas al cielo. Las señoras se incorporaban y repetían el gesto mientras cantaban. Una niña como de 12 años ondeaba una bandera de Venezuela color negro con siete estrellas, salieron botellas de whisky 18 años, pero también unas "cuba libre", en medio del grito de ¡libertad! Llegó la samba y con ella el coro: "ahora, chavista, báilame la samba". Delsa Solórzano y Fabiola Colmenares comenzaban a salir de la quinta y se movían al ritmo de esa contentura.
Los alcaldes Henrique Capriles Radonski (Baruta) y Leopoldo López (Chacao), quien estaba con su esposa, Lilian Tintori, también recibieron halagos en medio de la celebración. Capriles con su yeso en la pierna.
DE CARAPITA Y NO ME COMPRAN
Devis Guacare, de 29 años, andaba con el grupo de estudiantes para arriba y para abajo. Él es de Carapita "y nunca he votado por Chávez, aunque vivo en un barrio a mí no me ha comprado mi conciencia.
Nunca he estado en misiones porque una vez me inscribí en una, pero como había firmado contra Chávez no me metieron".
Desde hace meses acompaña al movimiento estudiantil en todas sus actividades y no cree en la división maniquea por clases sociales: "porque hay muchos buhoneros que tienen a sus hijos estudiando en la Ucab y otras universidades, por ejemplo".
Devis se perdía, con su vaso en la mano, entre el grupo que prometía una rueda de prensa en breves minutos. Corrían las 2:20 am.
LA PLAZA FUE EL SITIO
Para los que querían celebrar en la madrugada, la Plaza Francia de Altamira era el lugar. Cerraron la avenida Francisco de Miranda a ese nivel y la muchedumbre celebraba una especie de fin de año, con cohetones y abrazos incluidos.
La música a favor de Rctv se dejó colar, con tanta aceptación que hubo quien se aventuró a proponer que la próxima consulta refenrendaria debe ser en torno a la pregunta de si quieren devolver la concesión a Rctv "¡Y ahora sí va a votar todo el mundo!".
Eran las 3:30 am y la fiesta estaba prendida, los buhoneros vendían banderas venezolanas, "la de las sietes estrellas". El alcalde celebró entre el fuerte olor a pólvora.
"¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer", fue el canto que unió a toda la plaza. A esa hora había niños deambulando.
Era común la perplejidad y el comentario: "aún no me lo creo, no puedo creer que esto esté pasando. Es la primera vez que derrotamos a Chávez, pero es la primera vez que podemos celebrar y casi no sé cómo hacerlo. Esto parece mentira".
lunes, diciembre 03, 2007
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