Delsa Solórzano // ¿Abstencionista?
¡NO! DEFINITIVAMENTE no soy abstencionista. Al contrario, he sido una insigne defensora de la participación en todos y cada uno de los procesos electorales, incluyendo los regidos por el actual CNE. Tengo la más absoluta convicción de que el voto, como máxima expresión de la voluntad popular, es la única manera de resolver la grave crisis política que atraviesa nuestro malherido país. En consecuencia, sostengo que la única ruta para derrotar al reyecito de Miraflores es la electoral.
Sin embargo, dentro de mi organización política fui una dura defensora de retirarnos del proceso electoral del pasado 4 de diciembre. Ello debido a que las circunstancias cambiaron radicalmente al momento en que un técnico electoral acreditado por Primero Justicia descubrió la vulnerabilidad del secreto del voto. Con ello no sólo se demostró que el organismo electoral no es ni transparente ni confiable, sino además quedó en evidencia el fraude electoral al que fuimos sometidos desde el mismo Referendo Revocatorio Presidencial, cosa ésta que no pudo ser demostrada de manera efectiva hasta este momento. Siendo esto así, continuar participando en el proceso electoral del 4D era convertirnos en cómplices del fraude, del reyecito, de Rodríguez y del resto de sus acólitos.
Por lo demás, el elector también habló y nos dijo con voz fuerte y clara "NO VAMOS A VOTAR". Mal podía entonces realizarse un proceso electoral sin electores, ya que son éstos la parte más importante del mismo.
Se ha pretendido equiparar lo ocurrido con el llamado a paro que hizo una buena parte de la sociedad civil, y decir que tanto quienes sostuvimos que había que retirar nuestras candidaturas, como en efecto lo hicimos, como los electores somos ingenuos y simplemente nos dejamos llevar por la corriente. Nada más falso. En Venezuela el elector cobró conciencia, y los dirigentes que no le demos importancia a ello, o que simplemente nos neguemos a escuchar, pues no merecemos tal mención.
Los efectos de la retirada de este proceso no los vamos a ver de inmediato. Al contrario, al fin dejamos de ser cortoplacistas. Será, una vez instalada la Asamblea y avanzados los debates, cuando comenzaremos a ver los abusos e ilegalidades realizadas. Pero todo ello vendrá acompañado de una falsa lucha entre grupos oficialistas, de un teatrillo montado sólo para dar la apariencia de pluralidad de fuerzas en el ente legislativo nacional. Pero los venezolanos no somos ingenuos y no nos dejaremos engañar.
Ahora la lucha es distinta. Es por recuperar la confianza en el sufragio, por obtener condiciones que nos garanticen que nuestro voto será respetado, por el secreto del voto, por la legalización misma de los partidos políticos. En fin, ahora la lucha es más electoral que nunca y esa lucha la vamos a dar.
Miembro de Primero Justicia
http://www.eluniversal.com/2005/12/18/opi_art_18490C.shtml
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