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Venezolana. Presidente Partido Encuentro Ciudadano, Defensora de #DDHH Abogado #CentroDerecha.

sábado, agosto 20, 2005

Articulo publicado en el Diraio EL Universal, sábado 20 de agosto de 2005. Delsa Solorzano// El Espantavotos















Delsa Solórzano //
El Espantavotos

ERASE UNA VEZ UN REINO al norte del sur, gobernado por un reyecito tropical con aspiraciones de ser, a la vez, prócer libertador e independentista, caudillo del liberalismo amarillo, autócrata, pseudocomunista, líder mundial Rico Mac Pato y suerte de Papa renovado de una nueva religión llamada "El revolucionarismo rojo", que estaba en procesos de legalización para hacerla obligatoria en todo el reino. Eso de la libertad de culto era un derecho inconveniente que había que eliminar.
El reyecito tropical, copia de otro en el mar de los caribes, era sostenido sólo por unos secuaces ubicados estratégicamente en cargos gubernamentales cruciales para el mantenimiento del régimen.
Uno de los más importantes y temibles funcionarios era un brujo: "El Espantavotos", rector presidente del supremo ente electoral de ese variopinto y pasional país. En época electoral, y casi siempre lo era, "El Espantavotos" se dedicaba a realizar todo tipo de brujerías para evitar, a cualquier costo, que los ciudadanos de las comarcas acudieran a votar. Con ello, "El Espantavotos" facilitaba el mantenimiento del monarca en el trono.
"El Espantavotos" era diestro, pérfido y sagaz. Solía fijar los procesos electorales en pleno período vacacional, hacer giras nacionales como el más avezado dirigente político de la religión "revolucionaria roja" para promocionar el voto a favor del monarca, establecer condiciones leoninas para el ejercicio del derecho al sufragio, beneficiar sólo a quienes fueren acólitos del monarca en detrimento de quienes no le rindieren pleitesía, permitir la utilización de sistemas que violaran la representación proporcional de las minorías a través de un embrujo fantástico conocido la "magia de las morochas" y, finalmente, el día de la elección, otorgar prórrogas ilegales e innecesarias con la finalidad de que el monarca pudiera movilizar electores a los centros de votación para que, previo chantaje, votaran indefectiblemente por él, y así, ante la ausencia de electores contrarios al régimen, poder manipular a su favor los resultados electorales. "El Espantavotos" era uno de los funcionarios más eficientes de aquel reino. Su poder era inmenso y creciente. Era en realidad un co-regente.
Mas llegó un día que los súbditos del reino dijeron: "¡Basta!, El Espantavotos' no nos va a espantar más, cualquier cosa que él diga o haga es para evitar nuestra participación y castrar nuestra soberanía". Así, decidieron participar, con lo cual le dificultaron el trabajo a este señor de los embrujos malhadados.
Y salieron a las calles el día de las elecciones. Y no le regalaron al régimen uno de los más sagrados derechos constitucionales, el sufragio. Y le dijeron al reyecito y al "Espantavotos" que no los querían; que al igual que Mano e' Piedra Durán, ganándole round a round a Sugar Ray Leonard, los súbditos ganarían la pelea paso a paso. Le dijeron al reyecito, al "Espantavotos" y a todos los príncipes gubernamentales que por la vía democrática, la única que conocían y por la cual luchaban, los derrotarían y que a pesar del temible "Espantavotos", "pa'lante es pa'llá".
En las afueras del palacio, un hombre canta unos versos: "Quedó sin voces el coro... y en el caballo sonoro salió de aquel caserío, el gallo muerto en la silla junto a la vera amarilla y al corazón del corrío".
Miembro de Primero Justicia
http://opinion.eluniversal.com/2005/08/20/opi_art_20491E.shtml