martes, septiembre 27, 2005
Articulo publicado en el Diraio EL Universal, martes 27 de septiembre de 2005. Delsa Solorzano// Agenda Legislativa
Delsa Solórzano // Agenda legislativa
RECIENTEMENTE ESCUCHAMOS de varios de los más "destacados" diputados oficialistas a la Asamblea Nacional, cuáles son sus planes para la agenda legislativa del próximo período de sesiones.
Entre las maravillas escuchadas destaca la reforma de varias leyes recientemente creadas o modificadas por estos excelsos diputados oficialistas. Ejemplo de tales leyes son: La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, la Ley Resorte, el Código Penal, la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional y, para ponerle el toque de lujo a la agenda, la Constitución Nacional.
Entre los argumentos esgrimidos destaca que las leyes adolecen de "técnica legislativa". Escuchamos a uno de los diputados oficialistas, refiriéndose a la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia: "Nos merecemos leyes mejor redactadas, con sus parágrafos, no leyes con artículos de varias páginas. Eso lo hicimos sólo para poder aprobar las leyes con rapidez; además hay que darle mayor soporte a la revolución".
¡OH SORPRESA! ¿Acaso olvida el diputado que la oposición señaló hasta el cansancio esas mismas fallas durante todo el proceso de discusión de esa y otras leyes, a lo cual el oficialismo hizo oídos sordos?
La respuesta del brillante diputado oficialista sería algo como: "Sí los escuché, pero hay que cumplir los designios de la revolución a como dé lugar".
La agenda legislativa de la próxima Asamblea Nacional debería ser radicalmente distinta. Las leyes que antes señalamos fueron aprobadas al margen de la constitucionalidad, por eso necesitan ser reformadas. Sin duda. No para darle "soporte a la revolución" (por cierto, "soporte" en este caso es un anglicismo), sino para construir un Estado organizado, con leyes modernas y que obedezcan a las verdaderas necesidades de los venezolanos.
Verbigracia, el Código Penal amerita una reforma, pero no para convertirlo en un instrumento de persecución política, sino para adaptarlo a las diversas conductas delictivas que ocurren en nuestro país y para unificar las leyes penales en un solo cuerpo legal. La Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia debe ser modificada, pero para adaptarla a la Constitución y a la realidad judicial de nuestro país.
DEBE SER REFORMADO el Código Orgánico Procesal Penal, instrumento que si bien modernizó el sistema penal venezolano, permitiendo que diéramos un gran salto del obsoleto sistema inquisitivo al acusatorio, no es menos cierto que su falta de técnica legislativa, la incoherente copia de instrumentos legales de diversos países sin coordinación, y las absurdas reformas que ha hecho el actual Parlamento, han convertido a ese instrumento legal en una colcha de retazos, compleja de aplicar, desadaptada a la realidad de nuestro país y generadora de impunidad.
Además, urge aprobar leyes como la Ley contra el Hambre, cuyo primer proyecto fue redactado por nosotros. Como lo señalamos en la exposición de motivos de esa ley, "La elaboración de una ley contra el hambre obedece a la realidad que lamentablemente nos aqueja, y no es otra que el hecho cierto que vivimos en una época en la que niños, mujeres y hombres todavía mueren cada día de hambre crónica persistente".
En cuanto a la Constitución, vale destacar que si bien es cierto que fuimos adversarios de la reforma constitucional tal y como se dio en su momento, no es menos cierto que la madre de nuestras leyes no debe ser modificada sólo para cumplir las exigencias del reyecito tropical de Miraflores. Es inaceptable que se pretenda modificar la Carta Magna sólo para complacer al comandante Chávez y así pretender extender ad infinitum su mandato presidencial.
ESTAS LINEAS no alcanzan para exponer las reformas o creaciones de leyes que deben estar en la agenda parlamentaria, pero sirva lo expuesto a título de brevísimo ejemplo. Ojalá la agenda legislativa pueda parecerse mucho a la verdadera agenda de progreso del pueblo, y nada a la agenda de poder del oficialismo.
Miembro de Primero Justicia
http://opinion.eluniversal.com/2005/09/27/opi_art_27491F.shtml
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