Delsa Solórzano // El cepo constitucional
El régimen manipula al país con la farsa de que la reforma es más poder para el pueblo
Un presidente redacta un proyecto de reforma constitucional, para darse a sí mismo la posibilidad de gobernar eternamente. En el mismo documento se apropia del Poder Constituyente originario, se arroga control discrecional sobre la riqueza petrolera, control total territorial con las regiones especiales militares, control sobre la Fuerza Armada Bolivariana que comanda de manera absoluta. Añade el control de las reservas internacionales y de toda la política económica del Estado. Indica que él será el único facultado para crear provincias federales, ciudades federales y comunales y territorios asociados, distritos especiales y distritos funcionales, y nombrar a dedo sus autoridades.
Marca que le toca promover, controlar, dirigir y designar las autoridades del Poder Popular, con pleno control de los Consejos del Poder Popular (consejos comunales, obreros, estudiantes, campesinos, etc.). Y se erige en el titiritero de las relaciones con los demás poderes públicos nacionales.
Esto no es una fantasía o una hiperbolización de la realidad. No es una novela del Gabo, ni el guión de una película sobre un lejano país gobernado por un dictador. Esto será lo que vamos a vivir en la República Socialista Bolivariana de Venezuela, si se aprueba la reforma que quiere Chávez.
El régimen manipula al país con la farsa de que la reforma es más poder para el pueblo, alegando que se le da rango constitucional al poder popular. Eso es falso. Según la reforma, el "poder popular" será otra forma de repartirse la cochina. En el texto los Poderes Nacionales siguen siendo el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, el Ciudadano y el Electoral, no figura entre ellos, el Poder Popular.
Chávez designará las autoridades del Poder Popular; la soberanía ya no va a residir en el pueblo ni éste la ejercerá a través del sufragio. ¡No señor! Eso sería peligrosísimo para su plan totalitario. Ahora la soberanía residirá dizque en el Poder Popular, el cual no la ejercerá a través del sufragio. El voto ya no será la máxima expresión de la voluntad popular. Hay algo más grave. Pintada, tatuada, impregnada en todo el proyecto está una oda al totalitarismo militar, y la concentración de todos los poderes en un solo hombre.
Chávez cree que nuestra gente no es capaz de entender lo que se nos avecina, que el pueblo no tiene cerebro. La realidad es que ningún demócrata puede estar de acuerdo con el establecimiento de una nueva monarquía comunista disfrazada de democracia. Con la reforma, Chávez mandará más y el pueblo menos.
Es un cepo constitucional.
Dirigente de Un Nuevo Tiempo
http://politica.eluniversal.com/2007/09/20/opi_37047_art_el-cepo-constitucion_481204.shtml
http://www.analitica.com/mujeranalitica/lasmujeresopinan/6632736.asp
viernes, septiembre 21, 2007
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