Delsa Solórzano // Malandros submarinos
No se entiende cómo con submarinos se va a combatir a los malandros.
Hace pocos días el Gobierno comprometió una buena tajada de los ingresos petroleros y de nuestros impuestos en la compra de submarinos rusos. Este hecho sorprendió hasta a los mismos rusos, dado que es harto conocido que la inseguridad, la local, es el principal drama de nuestro país y no se entiende cómo con submarinos se va a combatir a los malandros.
Según un estudio de la Unesco, Venezuela puntea la lista de los 57 países más violentos del mundo. Caracas es la segunda capital con mayor incidencia de homicidios en el continente americano. En este mismo tenor, según el alcalde López en la presentación de la actualización del Plan 180º, 2006 ha sido el año más violento en nuestra historia. La inseguridad se crece año tras año.
Cada día somos víctimas de robos, secuestros, homicidios y un sinfín de hechos a cual más aterrador. Por estos días vi, con estos ojos que se comerán los gusanos, cómo una banda de motorizados atracó a mano armada a casi todos los conductores que por la Francisco Fajardo transitábamos. ¿Y la policía? Ni en fotico. La violencia se ha apoltronado cómodamente y pasea su señorío, sin que el Gobierno mueva un dedo para controlarla.
A la inseguridad que sufrimos hay que sumar otras calamidades: la escasez de alimentos, la inflación (la acumulada del primer semestre ya registra incremento de 2,3% con respecto a 2006), el desempleo, el dólar negro que agarra vuelo, el lío político, los intentos por confiscar la educación, las violaciones a la libertad de expresión, los valientes estudiantes detenidos, la reforma constitucional, la crisis de vivienda, etc. En medio de tanto zaperoco, uno se pregunta para qué diantres unos submarinos rusos. ¿Acaso con este armamento disminuirán nuestros problemas reales o nuestro estrés? ¿Será que el Gobierno quiere jugar a batalla naval?
Nadamos en un mar de preguntas sin respuestas. Pero, ¿qué pasa si escudriñamos en la mente de nuestros gobernantes en procura de razones para semejante dispendio? ¿Qué ocurre si hacemos un ejercicio de imaginación y buscamos encuadrar en toda esta grave situación a esos flamantísimos submarinos? ¿Será que ahora los malandros van a ser buzos y delinquirán bajo el agua y de allí la necesidad de comprar submarinos para poder combatirlos? Atentos pues los ciudadanos de los estados con costa de mar.
Claro, tal explicación luce como un mal chiste que no cabe ante una situación tan seria, pero no hallo cómo justificar el multimillonario despilfarro en juguetitos que en nada mejorarán la calidad de vida de los venezolanos.
jueves, julio 12, 2007
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