Delsa Solórzano // Volver a Tostao
El Universal, 4 de octubre de 2007
Recuperemos nuestra patria, la de las tradiciones de Tostao, donde todos
éramos iguales.
Hace unos días, en la Sala Cabrujas de la Fundación Chacao se presentó la obra Tostao, basada en un cuento de Soledad Morillo. Pasamos un rato mágico,recordando una Caracas de tradiciones, café y música.
Tostao me hizo recordar a mis abuelas y los valores que nos sembraron. Los venezolanos fuimos criados respetando tradiciones, queriendo a Venezuela,orgullosos de nuestro gentilicio. Hicimos nuestras las historias de nuestros antepasados. Las diferencias de clases no eran problema ni eran tan marcadas. Daba lo mismo vivir en La Pastora que en El Paraíso; todos éramos iguales y como tales nos formaron.
Vi Tostao y corroboré cuánto hemos cambiado. Desde el mismo Miraflores se promueve la lucha de clases, se patrocina el odio y el enfrentamiento entre nosotros. Y, a juro, se nos impone una reforma constitucional que condiciona la vida ciudadana a la construcción del socialismo. Gobierno de botas, no de cerebros democráticos.
¿Sabe usted que la reforma establece que para constituir una asamblea de ciudadanos, un sindicato, solicitar un referendo, ejercer la iniciativa legislativa o constituyente, ser oído en un Concejo Municipal o postularse a un cargo de elección popular o cualquier forma de participación ciudadana,la condición es "construir el socialismo"?
Con la reforma Venezuela no será para todos, sino sólo para quienes se declaren socialistas bolivarianos, concepto inventado en Miraflores, pero que no es sino un totalitarismo militarista, con un monarca comunista clavado en el poder a perpetuidad, con los derechos ciudadanos tasajeados,sin poder dedicarnos libremente a la actividad económica de nuestra preferencia y con un país que sólo pertenecerá a los leales al régimen. Y,por si fuera poco, con una soberanía que no reside en el pueblo sino en el Poder Popular y no se ejercerá a través del sufragio, quitándole al derecho al voto su condición democrática de máxima expresión de la voluntad popular.
Es obvio que Venezuela cambió. Desde el poder se nos vende que los principios y valores que nos inculcaron nuestros abuelos debemos desecharlos. Porque no sirven, no calzan con la República Socialista Bolivariana de Venezuela, ese país de exclusión e inequidad marca Chávez.
Empero, no cabe el desánimo. Hay que dar a conocer en detalle la reforma, explicarla a todo el mundo. En ese arduo trabajo andamos. El país democrático, rojo rojito o azul azulito, cuando la conoce no aprueba esta reforma majunche.
Recuperemos nuestra patria, la de las tradiciones de Tostao, donde todos éramos iguales y no importaba a qué clase social pertenecíamos para poder ser un ciudadano con pleno ejercicio de nuestros derechos. Volvamos a Tostao.
Dirigente de Un Nuevo Tiempo
http://opinion.eluniversal.com/2007/10/04/opi_37047_art_volver-a-tostao_501318.shtml
jueves, octubre 04, 2007
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